Una mano de pintura para LinkedIn

Tengo cuenta en LinkedIn desde 2007. Creo que es la única red social que me ha hecho ganar dinero en vez de perder el tiempo. He decidido darle un poco de cariño a mi perfil de LinkedIn para adaptarlo a los cambios que ha habido en la plataforma en los últimos años.

Perfiles Verificados

Ahora puedes verificar tu perfil aportando bien un email de empresa por cada empleo que indicas tener o directamente con tu pasaporte y un teléfono móvil con lector NFC. Estoy completamente a favor del anonimato en redes sociales, pero LinkedIn sería la excepción a la regla. Ahora mi perfil aparece como verificado. A diferencia de otras redes, aquí no hay que pagar por la verificación.

Pronombres

LinkedIn ha introducido un campo para introducir tus pronombres. Por un lado, bien: evitarás comenzar una conversación incómoda por utilizar el pronombre incorrecto. Por otro lado, mal: sabes tan bien como yo que muchos reclutadores lo utilizarán para discriminar. Quizás para dar flexibilidad o por falta de un consenso claro sobre qué pronombres existen, LinkedIn no ofrece una lista donde elegir tus pronombres sino que puedes escribir lo que sea en el campo. Yo he aprovechado la oportunidad para colocar la expresión «Ecommerce Technologist», que es la profesión con la que me identifico. Lo que me recuerda que nunca sabes de antemano cómo tus usuarios abusarán de las funcionalidades. El resultado queda bien:

Antes incluía «Ecommerce Technologist» al principio del titular, pero ahora ya no me hace falta. El campo titular de LinkedIn posiciona muy bien en el buscador interno y no quiero perder oportunidades de que encuentren mi perfil.

Página de Servicios

LinkedIn es para venderse a uno mismo y qué mejor que hacerlo con una página de servicios. Una página de servicios es básicamente un listado de servicios que ofreces (elegidos de una lista genérica) y un formulario de contacto.

Imágenes asociadas a cada trabajo

Puedes subir imágenes a cada trabajo. No soy muy de hacerme fotos, pero he aprovechado algunas de mi archivo personal para decorar un poco el histórico.

Podar tu perfil

Vale. Esto no es una funcionalidad nueva. Pero quiero compartirlo contigo.

Mi primer trabajo fue 8 años de edad buzoneando las ofertas del supermercado de mi barrio por 500 pesetas y un dulce de mi elección, dos tardes al mes. ¿Es relevante para mi perfil de LinkedIn a mis casi 40 años? Obviamente no. He condensado varios trabajos en uno solo y he eliminado todo aquello anterior a 2006.


He descuidado esta red social durante unos cuantos años y la efectividad de la misma ha disminuido para mi. Espero que con estos cambios lleguen más prospectos de negocio.

Padres Viejos

Me recriminaban el otro día haber dicho «padres viejos» en vez de «padres mayores». Mis padres son viejos. No hay nada de malo en ser viejo. Algún día yo también seré viejo. Ojalá llegar a serlo.

Las articulaciones se desgastan. La mente ya no razona a la misma velocidad. El mundo a tu alrededor se vuelve irreconocible. Tus amigos van falleciendo poco a poco. El tiempo avanza.

Quizás no te guste pensar en ello, pero tus padres no van a estar siempre ahí. ¿Ese informe de ventas? Puede esperar. Ve a pasar tiempo con tus padres. ¿Se les ha estropeado un enchufe? No mandes a alguien a arreglarlo: ve tú, aunque no sea financieramente lo más inteligente.

La nochebuena de la familia Vargas

Jamás me cuestioné cómo de normal era mi familia hasta que pasé mi primera nochebuena con otra familia. Las nochebuenas en casa de la familia Vargas no se parecen en nada a lo que podríamos considerar como normal. El programa es el siguiente:

  • Cena programada según el día de la semana, como el resto de días del año.
  • Ver el especial de nochebuena de Onda Jerez en el salón en familia.

Todo el mundo se acuesta a una hora prudente y al día siguiente nadie tiene ningún tipo de malestar.

Me sigue costando entender por qué nosotros somos los raros.

Adictos a la dopamina

Desde hace tres meses estoy luchando para superar mi adicción a la dopamina. Los teléfonos móviles inteligentes y las redes sociales nos han convertido en adictos. Nunca me he considerado a mi mismo un adicto (incluso cuando fumaba), pero con la dopamina tengo que hacer un esfuerzo titánico. Mi profesión me exige utilizar tecnología y cada día que pasa está mejor diseñada para que te hagas adicto. El otro día meditaba al respecto y sinteticé la reflexión en estas frases que ahora leo cada día a modo de recordatorio:

Toma el control de tu tiempo y tu atención.
Tu tiempo es tu activo más valioso. Inviértelo sabiamente.
Establece límites. Prioriza lo que realmente importa.
Aléjate de las notificaciones constantes, el deslizamiento interminable y los feeds cautivadores.
Utiliza conscientemente la tecnología.