Rondo los cuarenta años y aún tengo la curiosidad de un niño. En general, tener curiosidad, incluso a mi edad, se valora positivamente. No podría estar más en desacuerdo. La curiosidad hace descarrillar el tren de la productividad personal, en mi humilde opinión.
En el mundo hiperconectado en el que vivimos y trabajando en una industria como la que trabajo, me encuentro sometido continuamente a notificaciones push, SMS, email y apps de mensajería y/o redes sociales que intentan secuestrar mi atención con proposiciones muy curiosas: ¡OFERTA HASTA EL 50% EN PRODUCTOS SELECCIONADOS! (¿Qué productos serán?), 10 PROGRAMAS QUE TODO [INSERTE AQUÍ SU PROFESIÓN] DEBE CONOCER (¿Habrá alguno que no conozca y me estoy perdiendo algo importante?), FORMATE EN [INSERTE AQUÍ PROGRAMA IMPORTANTE] PLAZAS LIMITADAS (Tenía pendiente formarme de esto, voy a entrar antes de que no haya plazas). Vivo en un río continuo de notificaciones que no hacen más que generarme ansiedad y lo peor es que todas intentan llegar hasta a mi por todos los medios. Siempre me consideré una de esas personas a las que la publicidad no le hacía efecto… hasta que llegó el neuromarketing y la publicidad dirigida. Las marcas llegan mejor que nunca a los consumidores y los consumidores cada vez tenemos una capacidad de atención menor por lo que hay que bombardearnos más y con mayor agresividad. A mi, personalmente, me han quemado. He decidido rebelarme y construir un muro alrededor de mi atención.
Lo primero que he hecho ha sido instalar un bloqueador de publicidad a bajo nivel. Este bloqueador de publicidad no sólo bloquea la publicidad en el ordenador, sino también en teléfono móvil o en la smart TV. Además de la publicidad, también bloquea los píxeles de seguimiento que utilizan los anunciantes para saber si has recibido el mensaje.
Lo segundo ha sido eliminar las notificaciones en el teléfono móvil. Si tienes un teléfono Android, no tienes más que activar y configurar Digital Wellbeing de Google. Viene de serie y sin embargo apenas de habla de él. Puede establecer límite de tiempo a las aplicaciones, a qué horas no deben interrumpirte o bloquear notificaciones de ciertas aplicaciones. Ni os imagináis cómo aumenta la concentración cuando no aparecen notificaciones de WhatsApp en el móvil.
Lo tercero ha sido instalar en todos mis equipos (sobremesa, portátil, etc) una aplicación llamada RescueTime. RescueTime se dedica a monitorizar en qué empleas el tiempo, te alerta cuando empleas mucho tiempo en sitios web y aplicaciones improductiva y puede bloquearlas por cierto tiempo.
Por último, para atacar de forma proactiva a las páginas que son un agujero negro de productividad, he instalado una extensión de Google Chrome llamada Intention. Intention te muestra un aviso antes de entrar a alguna página web de la lista de páginas que te hacen perder el tiempo y puedes pedirle 1 minuto, 5 minutos o 15 minutos. Luego volverá a saltarte el aviso.
Con todo esto no quiero decir que haya resuelto el problema o que no vaya a seguir trabajando en ello, pero desde hace más de un mes siento que mi contraofensiva al ejército de marketers que intenta robar mi atención a toda costa está dando resultados. Sé que me habré perdido ofertas irrepetibles, cursos que me habrían cambiado la vida y otras tantas cosas más, pero lo que no me he perdido ha sido mi atención a las cosas que sí importan.